12.7.05

Hello, I was a librarian, now I'm a K.M.!



Sólo he publicado un artículo en una revista profesional. Por modestia no citaré ni el título del artículo ni el nombre de la revista: utilizad LISA, que allí aparezco. Ese artículo trataba de la crisis de identidad de quienes de dedican a esto de las bibliotecas y todas las actividades afines (documentación).

Las bibliotecas existen desde hace más 4.000 años: las tabletas de arcilla de Ebla se consideran la primera de ellas, hablamos de 2400-2250 años antes de Cristo. Desde entonces la apacible existencia de estos depósitos del saber transcurrió plácidamente y se creó incluso el arquetipo de la bibliotecaria (sí, porque tenía que ser mujer) malhumorada, con moño, gafas de pasta, etc. Ahora, la crisis provocada por la revolución tecnológica sacudió este adormecido mundillo. De repente, ya no podíamos ser bibliotecarios, teníamos que ser más. Pero en lugar de lograr este objetivo asumiendo nuevas tareas, afrontando nuevos retos, incorporando nuevas tecnologías, parece que se ha optado por la vía del cambio de nombre, a ser posible un acrónimo y mejor aún en inglés.

Así que ya no somos bibliotecarios, somos "knowledge managers" (casi mejor que "gestores del conocimiento", es más chic). Nuestras bibliotecas, especialmente las universitarias, se han de convertir en CRAI's, esto es, en Centros de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación. Ya no tendremos que hacer formación de usuarios, sino ALFIN (Alfabetización Informacional: grfsñgg), apoyándonos en las TIC's y adecuando las RPT's para asumir los retos que impone el EEES y el nuevo sistema de ECTS. Desde luego, nuestro modelo de funcionamiento habrá de ser el del EFQM, como muy bien nos marca REBIUN, que como todo el mundo sabe, depende de la CRUE. Un modelo muy bueno será el del CBUC, cuyos miembros ya presumen en muchos casos de ser CRAI's.

El futuro ya está aquí. I'm a K.M.!!!

1 comentario :

Paco López-Hernández dijo...

No creas que son chorradas, amiga mía. Especialmente el segundo aspecto que mencionas: "la búsqueda es fácil y cómoda para el usuario". Muchos nos decantamos por la simplificación a la hora de catalogar los documentos, puesto que los nuevos métodos de recuperación de información lo permiten. Quizá te sorprenda saber que dentro del gremio hay mucha gente totalmente anclada en sistemas de catalogación basados en cómo se hallaba la informática a mediados de los años 60. ¡Y no hay forma de hacer que se apeen del burro!