17.1.14

Cinco cosas que no me gustan en Twitter


Son casi ya cinco años usando esta herramienta, que se ha convertido en mi favorita. Me sirve para estar al día en lo mío y también en general. Pero también hay algunas cosas que no me gustan; no se trata de "malas prácticas" ni comportamientos que se puedan censurar ni nada por el estilo. Son simplemente cosas que no me gustan particularmente a mí (y en las que yo mismo he caído algunas veces, desde luego). Helas aquí:

1. El autobombo: El rico refranero castellano no deja lugar a dudas: Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Si lo que uno hace es tan interesante, no hará falta que uno mismo lo proclame a los cuatro vientos, ya habrá alguien que lo haga. Si tienes la necesidad de estar continuamente diciendo "yo he hecho esto, yo he hecho lo otro..." mal asunto.

2. Saludos sin fin: No me gustan esos tuits de gente que simplemente dice "buenos días" y agrega una retahíla de cuentas. Además, se suelen repetir varias veces. ¿Qué aporta eso? Pero claro, es que yo busco tuits que me aporten algo; si quiero saluditos y demás está el WhatsApp. ¿O no?

3. Etiquetas que no son etiquetas: Sí, esas de #Estoyhastalasnarices #Vivalapepa y demás que en ocasiones ponemos en nuestros tuits como para hacer una gracieta. No niego que en ocasiones la tengan, pero no me gusta su abuso.

4. Tuits que son solo enlaces: Algo hay que elaborar, ¿no? Y, sobre todo, si el enlace ni siquiera es el original (que alguna pista puede dar), sino que proviene de un acortador. Cuando veo eso, me empieza a oler a cuenta "hackeada" y para esas cosas -como para muchas otras- soy muy cobardón.

5. Ls k kren k stan skrbndo 1 SMS: Reconozco que 140 caracteres no suelen dar para mucho, pero hay que tener muy claro que un tuit no es un mensaje SMS. Cada cosa en su sitio.

Estas cinco cosas se resumen en una: lo que de verdad no me gusta son los mensajes de blogs del tipo "Cinco cosas que no me gustan de..." o "Diez cosas que habrá que tener en cuenta para..." En la variedad está el gusto y lo repetitivo acaba cansando.