16.6.14

I Seminario GATE: "Las redes sociales en el ámbito educativo" (y II)



Tras la pausa del café, llegó el turno de Tíscar Lara (@tiscar), directora de comunicación de la Escuela de Organización Industrial y que también fue profesora en la UC3M. Nos habló del modelo de uso de dispositivos móviles para el aprendizaje en su centro, que se basa en una máxima muy clara: "aprender más allá del aula". Empezaron en el curso 2009-2010 entregando teléfonos inteligentes a sus alumnos (en aquella época su uso no estaba ni mucho menos generalizado) y en el curso siguiente lo que les dieron fueron tabletas. Hoy en día el modelo ha cambiado mucho y vivimos en lo que se ha dado en llamar "política BYOD", con lo cual cada quien se trae su propio dispositivo y funciona con él.

Pero no solamente se trataba de utilizar un dispositivo u otro, sino de emplear herramientas colaborativas como apoyo del proceso de aprendizaje: blogs, wikis, todo encaminado a que los alumnos aprendan a trabajar con las redes sociales de forma natural. Con estos mimbres, han conseguido poner en marcha tres MOOC sobre competencias digitales en los que han hecho hincapié en un concepto que me gustó mucho, el de "civismo digital".

Después tuvo lugar la intervención de Oriol Borrás Gené (@oriolupm), técnico del GATE y profesor del MOOC titulado Aplicación de las redes sociales a la enseñanza: comunidades virtuales, que se preguntó ante nosotros si el uso de las redes sociales como apoyo al aprendizaje en un MOOC es una solución o una tortura.

Él sí que se planteó tal uso y lo primero que hizo fue valorar una serie de redes sociales para seleccionar la que le pareció más adecuada, en su caso Google+. Los alumnos fueron bastante participativos: subieron sus trabajos, resolvieron dudas planteadas, empezaron debates, pero no todo fueron ventajas. También aparecieron una serie de problemas relacionados con el desconocimiento de la herramienta, un uso incorrecto de las categorías y un exceso de publicaciones. Preguntado por cuánto tiempo se tardó en crear la comunidad en su curso, contestó que muy poco tiempo, mérito que atribuye a los propios alumnos.

Tras las intervenciones, empezó una mesa redonda moderada por Alegría Blázquez (@Alegriabs), del GATE, en la que se plantearon tres preguntas. La primera fue: ¿Qué diferencia las redes sociales de cualquier otro recurso educativo? En las respuestas se hizo hincapié en que servían para algo muy importante: la incorporación del aprendizaje informal para aprovecharlo y llevarlo al terreno que nos interesa. Hay que tener en cuenta que las redes sociales no son un invento de la era de Internet: han existido siempre. Lo que ocurre ahora es que hay medios tecnológicos para potenciarlas y ampliarlas. Por eso sonaron un tanto extrañas preguntas como que si los perfiles públicos en las redes sociales podrían "cortar" a los alumnos o si acaso se considera que las redes sociales son la "panacea universal" que solucionará todo...

La segunda pregunta se planteaba si los docentes están preparados para utilizar las redes sociales como recursos de aprendizaje o si todavía están adaptándose. Aquí se habló, más que de soluciones, de problemas: necesidad de apoyo técnico y, sobre todo, institucional, falta de reconocimiento del trabajo desempeñado por los profesores, poca disposición o miedo a compartir, sin que además haya visos de cambio, incluso se llegó a hablar de "tecnofobia", muy habitual en campos como el de las Humanidades. En cualquier caso se valoró la actitud de aquellos que se "tiran a la piscina" a pesar de todos estos problemas, ya que son quienes van desbrozando el camino.

La última pregunta planteaba si las redes sociales serán un recurso pasajero o si se implantarán de manera más o menos permanente en el aula. Aquí se volvió a insistir en la idea de la red social como algo no nuevo, sino inherente a la condición humana, y por lo tanto hay que favorecer y "educar" en su uso. Es decir, no hay que "prohibir" el empleo, por ejemplo, de teléfonos móviles en el aula, sino enseñar a utilizarlos de manera provechosa. (En este punto, y casi como anécdota, contaré que hubo alguien que preguntó, y creo que fue en serio, si había medios tecnológicos para mostrar en la pantalla lo que estuviese viendo en cada momento un alumno en su móvil...)

Terminada la mesa redonda, Luis Catalán, responsable del GATE resumió lo hablado en esta primera Jornada y nos emplazó para las siguientes que, si son tan interesante como lo fue esta, sin duda serán un éxito.

(Por cierto, todas las intervenciones están ya disponibles.)

6.6.14

I Seminario GATE: "Las redes sociales en el ámbito educativo" (I)


El pasado miércoles día 4 de junio asistí en Madrid al primer seminario organizado por el Gabinete de Tele-Educación de la Universidad Politécnica, titulado "Las redes sociales en el ámbito educativo". Voy a hacer un breve resumen de lo que allí se habló.

Se presentaron cuatro ponencias y el acto culminó con una mesa redonda en la que participaron todos los ponentes. Inauguró el acto el vicerrector de Planificación Académica y Doctorado de la UPM, Juan José Moreno Navarro, que nos presentó brevemente la trayectoria del GATE y, con respecto a las redes sociales, dejó una frase que, a mi juicio, es destacable: "La falta de cultura corporativa de las redes sociales ha dificultado su incorporación a la universidad."

Comenzaron las intervenciones con la de Melchor Gómez García (@Melchor), de la Universidad Autónoma de Madrid, donde es Coordinador de Docencia en Red e Innovación Docente; versó sobre redes sociales verticales en la formación universitaria, entendiendo como "verticales" aquellas herramientas que no permiten hacer "de todo" (tipo Facebook), sino otras en las que no haya anonimato y en las se pueda ejercer un mayor control.

Su equipo de trabajo, que es bastante heterogéneo, tiene en cuenta que en la actualidad ya no solo "hay" ordenadores en la universidad, sino herramientas para comunicarse entre ellos y con otros dispositivos, lo cual ha hecho que lo "social" ya no sea algo ligado exclusivamente a lo presencial. Lo digital, entendido como una filosofía y no simplemente como un formato, abre enormes campos de trabajo, teniendo en cuenta, además, que en muchas ocasiones la distancia en un medio presencial puede ser mayor que en una interacción digital.

El objetivo, por tanto, es crear una red social de aprendizaje, aprovechando alguna de las herramientas existentes que se integre bien para la docencia. ¿Cuál elegir? ¿Alguna que ofrezca todo tipo de recursos o más especializadas? Como antes se ha indicado, se optó por redes "verticales", que facilitan el seguimiento y dificultan o impiden el anonimato. Será una red social que se integre bien en la plataforma docente y que además sea multidispositivo, ya que es imprescindible tener en cuenta el papel fundamental que desempeñan los teléfonos inteligentes o las tabletas en la interacción social. De esta manera se pretende potenciar el compromiso de los estudiantes, un logro cuya consecución es objeto de debate, no para todo el mundo se ha logrado este objetivo.

Expuso Melchor algunos casos en los que se puso en práctica su trabajo, como el seguimiento de prácticas externas en estudios de Grado, los grupos de investigación y las comisiones de alumnos, en los cuales el éxito ha sido desigual. Buen resultado en el primer caso, una más fácil organización en el segundo y mejorable el tercero.

En el turno de preguntas hubo quien señaló que sería una buena cosa que se utilizase una sola red social o herramienta para todas las universidades. La respuesta fue que si ya es difícil ponerse de acuerdo dentro de un mismo centro, querer poner de acuerdo a todas las universidades sería una tarea titánica...

El segundo ponente fue Carlos Alario Hoyos (@calahoy), profesor de la Universidad Carlos III, que nos habló de las redes sociales como clave del éxito de los MOOC. Sin duda estos cursos abiertos, masivos y en línea son un campo muy adecuado para la creación de comunidades virtuales que son la esencia de las redes sociales, aunque hay que tener en cuenta que los participantes en estos cursos forman un grupo tan heterogéneo como los objetivos que persiguen al empezarlos.

Partiendo de la idea de redes sociales que se crean para realizar un "consumo colaborativo" (por ejemplo, para compartir transporte o para intercambiar alojamiento) se llega al concepto de "aprendizaje colaborativo", en grupos grandes. De esta manera, el MOOC se podría convertir en una red social en sí mismo. De hecho, las plataformas de MOOC suelen incluir herramientas sociales como foros, aunque también es posible el uso de redes externas con tal fin.

Dado el volumen de participantes en estos cursos, es muy difícil para el profesor su "control". De ahí que sea muy importante el papel de los "líderes" dentro de ese grupo, es decir, de estudiantes que mueven al resto y pueden convertirse en importantes apoyos para los profesores. En cualquier caso, estas comunidades acaban creándose con o sin la intervención o dirección del profesor y en algunas ocasiones incluso "sobreviven" al curso.

Tampoco se pueden obviar los inconvenientes que conlleva el uso de herramientas sociales: spam, plagio, aparición de mensajes que no tienen nada que ver con el curso... En todo caso, merece la pena el riesgo. Relacionado con esto estuvo una de las preguntas, en la que se planteaba la tendencia de los estudiantes a escribir trivialidades en las redes sociales. ¿Falta de madurez o falta de competencia lingüística? Espinosa cuestión, cuando además, como asimismo se recalcó, los estudiantes son reticentes al nuevo paradigma educativo del aprendizaje basado en ellos mismos más que en la tradicional clase magistral del profesor en la que ellos son meros sujetos pasivos.

En el turno de preguntas surgió la cuestión de si la participación del profesor en las redes sociales podría incrementar el porcentaje, usualmente bajo, de alumnos que finalizan el MOOC. Se contestó que es evidente la dificultad para dar un apoyo adecuado por parte de los profesores y que seguramente muchos alumnos abandonaban por esta causa, pero tampoco se veía clara una relación directa entre un mayor apoyo y una tasa de abandono inferior.

Con esto, nos fuimos al café y, como el mensaje ya es demasiado largo, dejaré la segunda parte de la jornada para otro.

(Continuará)