13.7.15

Gracias, gracias, gracias... y así hasta 112.


La Plaza de Oriente. Uno de los escenarios de El cerro de garabitas
Foto: CC BY-SA Luis García

El pasado día 23 de abril, con motivo del Día del Libro, hubo en mi biblioteca un acto más que interesante. Varios profesores y tres alumnas de la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación de la UC3M presentaron sus propios libros. Me llamó la atención sobre todo el caso de las alumnas, tan jóvenes y ya con obras publicadas. Y me llamó la atención porque justo me pilló en plena efusión creadora; estaba a punto de terminar mi segunda novela, titulada El cerro de Garabitas (que en realidad es la primera, ya que la empecé hace 20 años...) Nunca me había planteado que alguna de las cosas que he escrito (dejemos aparte los artículos sobre cuestiones bibliotecarias) pudiera llegar a aparecer publicada y que alguien la leyese. En ese acto una de las alumnas nos contó que precisamente en ese momento estaba en medio de una campaña para que se publicase su libro, ya que la editorial que lo había aceptado funcionaba con el sistema de micromecenazgo o crowdfunding, es decir, que se intentaba lograr que mucha gente pusiera pequeñas cantidades de dinero para sufragar los costes de edición. La joven, que estaba avalada por numerosos premios obtenidos por otras obras suyas, lo logró sin problemas.

Y yo pensé, "andá, y si me atrevo..." Así que, después de mucho cavilar, envié mi Cerro de Garabitas a la editorial, que no es otra que Libros.com. No contaba con que les fuese a interesar; yo soy el más duro y despiadado crítico de mí mismo, además de un tipo bastante ciclotímico. Unas veces me siento orgulloso de lo que he escrito y otras me parece una auténtica bazofia. Así que vencí los escrúpulos, aprovechando que estaba en uno de esos días de euforia (contenida) y lo mandé. Pasaron un par de semanas y cuál no fue mi sorpresa cuando me contestaron aceptando la propuesta y planteándome que consiguiese 100 apoyos, 100, en un plazo de 30 días para que la novela se publicase.

No os podéis imaginar la inyección de moral que supuso esto, Pero pronto siguió un sentimiento de desasosiego (¡la ciclotimia!) ¿100 apoyos en un mes? Empecé a echar cuentas y entre amigos, familiares y compañeros de trabajo me salían unos 40, tal vez 50 de los que pudiera estar seguro hasta cierto punto, pero 100... Eso me parecía más que lejano. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo pedir apoyo moral, un "me gusta" en Facebook, un retuiteo o una palmadita en la espalda que pedir dinero. Aunque solo fuesen seis euros. Puede parecer poco, pero, diga lo que diga el Gobierno, hay mucha, muchísima gente en España que no puede gastarse esa cantidad en nada que no sea esencial. Y mis veleidades literarias no son algo esencial, desde luego. Por eso valoro enormemente esas donaciones que han hecho muchas personas, algunas sin conocerme siquiera personalmente, que sé que han supuesto un esfuerzo enorme. Eso me da una responsabilidad muy grande y hace que desee de todo corazón que cuando les llegue la novela les guste y les haga pasar cuando menos un rato agradable.

No me puedo quejar de mi campaña... Lo bueno de estar en las redes sociales es que se puede difundir un mensaje bastante bien, procurando no ser pesado. Creo que no ha estado nada mal, ya que a pesar de mis prevenciones iniciales, al cabo de diez días ya había conseguido los 100 apoyos. Así que la novela se va a publicar y va a ser gracias a esas 112 personas que han pensado que merecía la pena apoyar económicamente este caprichito mío. No tengo palabras para agradecéroslo y valga este humilde mensaje -en una bitácora que tengo casi abandonada y que muy poca gente lee- como un intento de hacerlo.

Y para quienes lean esto y no hayan participado en la campaña pero tengan curiosidad por esta criatura salida de mi imaginación, a partir de ahora pueden reservarla en la página Web de la editorial, concretamente en este enlace. Si así lo hacéis, muchas gracias y espero que, cuando finalmente aparezca y la leáis, os guste.